viernes, 10 de mayo de 2013
Teta
Todos los días pasan cosas nuevas cuando estas embarazada, todo cambia, desde lo que comes y dejas de comer, los vicios que debes poner en pausa, el humor, tu cuerpo, tus ideas, proyecciones, menos los sueños, mis sueños y nuestros sueños seguían siendo los mismos. En ni un momento pensamos en cambiar nuestro estilo de vida ni nada de eso, claro, mucha gente nos pregunto, si volveríamos a nuestros países, yo chilena, él colombiano, lejos de todo alero maternal, económico y emocional, parecía casi una aberración para algunos, traer un niño al mundo y unirlo a nuestra aventura.
Cuando algunos van ser padres primerizos, todo el mundo se siente con la autoridad de darte consejos y decirte lo que tienes o no que hacer, que es lo correcto y lo malo… ¿para que? ¿Para que algún día mi hijo sea como ellos?, no gracias.
Las semanas pasaban rápidamente y yo más feliz de presentarle el mundo a nuestro hijo(a) desde afuera, lejos de las críticas familiares, cuestionamientos de crianza, problemas raciales, políticos, humanos, fronterizos, etc. Nuestro hijo, será del mundo, lo queremos libre pensador, soñador y constructor de sueños, que quiera ser lo que quiera, lejos de prejuicios y limites, pero por sobre todo, que sea feliz.
Si bien no contamos con un matrimonio santificado, una casa propia, un auto, una cuenta de ahorros, estudios terminados, tampoco una cuna enrique octavo, ni tenidas de marcas importantes, menos atención privada, más bien muy pública, ni tampoco un futuro millonario. Lo que tenemos por ahora, es un hogarcito, con una ventana enorme en donde entra mucha luz en el día y un balcón con una hamaca que trajo desde Colombia su padre para mecerlo por las tardes, unas tenidas y perfumes que le regalaron mi hermosas amigas que ya lo aman, unos botines y ropita tejidas por las abuelas, un gorrito y chaquetita de lana que le regalo su tio y mi cuñada, entre otras cosas y otros regalos de otros seres queridos. También le tenemos una camita de dos plaza, que de seguro tendrá que compartirla con nosotros, porque llegará justo en otoño, un hermoso y acogedor mei tai para no despegarnos nunca, regalo de una gran amiga, otra de las cosas que le tenemos; son varios parques para hacer picnic y salir a pasear con él o ella, que encontramos cerca de casa y otros un poco más lejos, domingos de tambores y colores en el mítico San Telmo, que también esta cerca de nuestro hogar… Si bien su llegada estaba lejos de todo acto planificado, nosotros estamos muy felices de recibirlo, aquí y compartir nuestra mayor felicidad y todos esos detalles hermosos de la vida, que están cuando la transitas a pie, no vivimos con muchas cosas, pero si tenemos mucho para entregarle a nuestro nuevo integrante, las ganas de compartir esta aventura que emprendimos solos, sin imaginar que terminaría compartiendo mi vida con un colombiano, y ahora somos tres, sin duda la felicidad se disfruta mucho más cuando es compartida. Eso es todo lo que le puedo prometer y eso es todo lo que anhelo entregar a mi futuro Hijo(a) felicidad y amor, el resto lo olvidara o le quedará chico con el tiempo.
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